Luego de haber sufrido una Tendinitis en el "famoso" Tendón de Aquiles me pareció importante brindar información y teoría de especialistas acerca de esta lesión que realmente puede dejarte fuera de la carrera por un buen tiempo.
Consejo: si vas a correr por la montaña... hacé ejercicios de fortalecimiento para el tendón para evitar lesiones y tené mucho cuidado a la hora de elegir el calzado porque puede ser determinante.
Resumen
Las
lesiones en el campo de la actividad física y el deporte, constituyen uno de
los factores que restringen la práctica deportiva del sujeto durante un cierto
periodo de tiempo hasta su recuperación. Hay que decir, que cuando se producen
daños graves en las partes lesionadas, las cuales no se pueden recuperar de
forma total. Se produce una limitación en la actividad físico-deportiva que
puede llevar a reducir los niveles de rendimiento del atleta, acortando o
terminando en el peor de los casos con la vida deportiva de éste.
La
fisioterapia actualmente ocupa un papel importante en la recuperación de
lesiones, puesto que contribuye a que estas se curen, acortando los plazos de
recuperación y minimizando la posibilidad de reincidencia lesiva. En el
presente trabajo nos centramos en una lesión que es la rotura del tendón de
Aquiles, haciendo hincapié en la patología, prevención, medidas diagnósticas y
protocolo de recuperación.
Palabras clave: Tendón de Aquiles. Prevención.
Rotura. Protocolo de recuperación.
Los músculos gastronemios se unen al sóleo en
su porción distal para insertarse en el calcáneo formando el denominado tendón de Aquiles. Los músculos
gastronemios tienen la particularidad de ser biarticulares, es decir, que
sobrepasan dos articulaciones (la rodilla y el tobillo). La disposición de este
grupo muscular bajo una extrema y rápida contracción excéntrica (rodilla en
extensión y tobillo en dorsiflexión) produce una sobrecarga de distracción, la
cuál ha sido referida como causante de la disfunción del tendón.
En las áreas medias del tendón (lejos de sus
sitios de inserción distal), éste rota internamente antes de llegar al hueso,
es decir, que las fibras más posteriores se vuelven externas. Todo lo anterior
resulta en un torque de tensión localizado, que puede ser el causante del
proceso traumático.
El tendón está rodeado de
una estructura denominada paratendón y no posee vaina sinovial. El
paratendón es un tejido conectivo peritendinoso que rodea por entero al tendón.
Esta vaina peritendinosa consta de dos hojas: una interna o visceral y una
externa o parietal, y que presenta ocasionalmente puentes o uniones entre
ellas, denominadas mesotendones. Cuando existe fluido sinovial entre las dos
hojas, se le denomina tenosinovia; si no, se le denomina tenovagina.
El tendón se inserta distalmente en la porción
inferior del calcáneo en la tuberosidad postero-superior. La bursa
retrocalcánea es una estructura lubricadora normal, localizada entre el tendón
y el hueso proximalmente a su inserción, existiendo frecuentemente una segunda
bursa de ubicación subcutánea entre el tendón y la piel y que puede igualmente
verse comprometida. Por lo tanto, las bursas como la tuberosidad calcaneana
estarían involucradas como procesos inflamatorios en la disfunción distal del
tendón.
La tuberosidad postero-superior del calcáneo
puede encontrarse marcadamente prominente, lo que ha sido denominado como
Deformidad de Haglund. Esta prominencia ósea asociada a una inflamación crónica
de la bursa retrocalcánea puede mecánicamente horadar y químicamente erosionar
el tendón de Aquiles en su inserción.
b. Patología
La rotura parcial o completa del tendón de
Aquiles es una lesión relativamente rara entre la población atlética joven,
aunque cada vez se dan más casos debido a la práctica deportiva con fines de
ocio y sin calentamiento previo y adecuado. Esta lesión es mucho más frecuente
entre las personas mayores que hacen deporte como una forma de ocio.
Causas que pueden producir la rotura
·
Errores de entrenamiento: sobrecarga repetitiva en el deportista de competición o
sobrecarga aguda en el que practica un deporte recreativo; especialmente en
corredores, aumento de la frecuencia de entrenamiento, superficies de
entrenamiento duras y resbaladizas etc.
·
Disminución de la fuerza y la flexibilidad de los músculos
de la pantorrilla.
·
Pies cavos, que provocan una menos absorción del impacto,
y pie plano y flexión dorsal del tobillo, cuya consecuencia es el efecto de
torsión del tendón por el exceso de pronación resultante.
·
Envejecimiento, que se asocia a una disminución de la fuerza
y la flexibilidad de los músculos, así como de la irrigación del tendón.
Los principales
síntomas que se pueden
apreciar en la rotura del tendón de Aquiles son los siguientes:
·
En el momento de la rotura se produce un chasquido audible, con
dolor no muy intenso que permite al deportista girarse para averiguar la causa
de su traumatismo, e impotencia funcional, tampoco excesiva porque se puede
mantener la marcha, con cierta cojera, desplazando el punto de apoyo de las
cabezas de los metas a los primeros dedos, utilizando los flexores. Esta falta
de gravedad en las manifestaciones clínicas hace que en ocasiones no llegue a
diagnosticarse una rotura completa.
·
Debilidad e impotencia funcional inmediata (imposibilidad de
realizar flexión plantar).
·
Dolor no muy intenso, incrementándose al subir pendientes.
c. Medidas diagnósticas para la
lesión
El diagnóstico se lleva a cabo fundamentalmente
con la historia clínica, la exploración, las pruebas diagnósticas y las pruebas
complementarias:
·
Historia clínica del deportista, es importante
recoger:
a.
La edad del paciente, ya que como se ha
mencionado anteriormente es más frecuente en los individuos de edad media.
b.
Enfermedades o tratamientos previos.
c.
Intensidad y localización del dolor, que suele ser un
dolor brusco a nivel del tendón de Aquiles, que los pacientes describen
"como si hubiera recibido un puntapié" en la pierna.
d.
Percepción de crujido.
e.
e. El mecanismo
de producción que suele ser
la consecuencia de una contracción muscular brusca del músculo tríceps sural
(como saltar o correr) al realizar una flexión plantar súbita del pie.
·
La exploración de la rotura del tendón
de Aquiles es mejor realizarla con el paciente en decúbito prono y con los pies
colgando por el borde de la camilla, observándose:
a.
En la inspección el "signo
del hachazo", que es un
defecto del contorno del tendón y tumefacción.
Fuente: Antonio Manuel Manzaneda Martínez - Magisterio de Educación Física por la Universidad de Almería - Licenciado en Ciencias de la Actividad Física
y del Deporte por la
Universidad de Granada (España).
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